Recientemente se ha hecho publica una investigación realizada en Taiwán en la que se comparó el comportamiento en el crecimiento de la miopía en niños que usaban lentillas ORTO-K como forma de corrección visual con respecto a los que usaban gotas de atropina (0.125%) más su forma de corrección visual habitual. Hasta ahora se consideraba el uso de este tipo de fármacos la forma más efectiva de controlar el crecimiento de miopía. En un estudio previo se señaló que la media de aumento con atropina era de 0.34 dioptrías /año frente a 0.80 dioptrías en aquellos sin tratamiento (placebo). Aunque, para muchos especialistas, los posibles efectos adversos de este tipo de medicación (aumento de la presión intraocular, fotofobia, efectos nocivos de la radiación solar en el ojo y mala visión en cerca) hacen que se recomiende con poca frecuencia.
Estos investigadores compararon el crecimiento axial del ojo (que es la causa del aumento de la miopía) a lo largo de tres años en niños usando las lentes ORTO-K para dormir con respecto a aquellos que usaban las gotas de atropina. El resultado señaló que el crecimiento del ojo en los usuarios de lentillas era de 0.28 mm al año (que correspondía a un crecimiento de 0.28 D) frente a aquellos que usaban la atropina que era de 0.37 mm (0.34 D) –dato bastante similar al previamente reportado-. Este proyecto concluye que ambos métodos de control de miopía son bastante similares a la hora de frenar el aumento de ésta y que dependiendo del caso y necesidades del paciente es posible usar ORTO-K no sólo para poder ver bien a lo largo de las horas del día sin usar gafas ni lentillas si no que contribuye a evitar grandes aumentos de la miopía.
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