¿Es el queratocono genético?

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Existe cada vez más consenso entre los especialistas en queratocono en que necesitamos saber más de las causas del queratocono para poder mejorar nuestros posibles tratamientos. Durante mucho tiempo se pensó que el queratocono se producía por “generación espontánea” o incluso por algún tipo de infección, pero una de las hipótesis que parece  tener más […]

Existe cada vez más consenso entre los especialistas en queratocono en que necesitamos saber más de las causas del queratocono para poder mejorar nuestros posibles tratamientos. Durante mucho tiempo se pensó que el queratocono se producía por “generación espontánea” o incluso por algún tipo de infección, pero una de las hipótesis que parece  tener más posibilidades  es que tiene realmente una causa genética, es decir, que el paciente nace con esta enfermedad y que a lo largo de la vida la manifiestan, sobre todo en dos posibles momentos, como son la infancia y la adolescencia.

Una de las técnicas que últimamente se han desarrollado para complementar nuestro conocimiento del queratocono ha sido el estudio de las características biomecánicas de la cornea. Para intentar resumir esta técnica, además que la cornea se hace cada vez más fina (sobre todo en el centro) se hace cada vez más blanda por lo que se potencia su tendencia a la deformación. Se cree que la evaluación de estas características biomecánicas pueden ayudarnos a realizar un diagnóstico más temprano de esta enfermedad ya que podemos encontrar cambios en éstas propiedades antes que en la propia  forma de la cornea (topografía). Además el cross-linking que tiene como misión frenar la progresión del queratocono lo haría al mejorar las condiciones biomecánicas de la cornea.

Recientemente se ha conocido un estudio muy interesante que nos da más pistas sobre el origen genético y hereditario de esta enfermedad. En este estudio se comparó las características biomecánicas de familiares de personas con queratocono pero sin otra evidencia de sufrir esta enfermedad con personas en cuyas familias no había antecedentes de esta enfermedad. Las topografías de ambos grupos de personas eran muy similares  pero cuando se evaluó las características biomecánicas se observo que los familiares de pacientes presentaban una alteración  en sus propiedades similar a la que tienen los pacientes con un queratocono pero en un grado menor. Esta información nos da más pistas sobre el posible vínculo genético de esta enfermedad ya que nos señala que los familiares y los pacientes que lógicamente comparten el material genético también comparten alteraciones en la cornea.

Más información sobre el estudio se puede encontrar en : http://journals.lww.com/corneajrnl/Abstract/2013/03000/Biomechanical_Evaluation_of_Cornea_in.7.aspx