Lentillas para condiciones pediátricas

Al igual que cualquier otra parte del cuerpo de un niño, el ojo necesita crecer y desarrollarse continuamente después del nacimiento, por eso, lo hace susceptible a diferentes afecciones o enfermedades oculares. Detectar las condiciones a tiempo, es esencial para preservar una buena visión y permitir el desarrollo de ojos sanos para el resto de la vida del niño.

Los niños que crecen con afecciones oculares o problemas visuales no siempre saben que ven de manera diferente a los demás. Esto significa, que a veces puede estar pasando algo, incluso sin que su “peque” se queje de nada. La mayoría de las veces, los adultos que los rodean detectan algún síntoma y un examen ocular completo, los pondrá en el camino correcto hacia el tratamiento, si fuera necesario.

Algunas afecciones oculares comunes en los niños, son:

Ambliopía

La ambliopía se conoce ampliamente como “ojo vago”. Esto se debe a que la visión del ojo no se ha desarrollado normalmente y conduce a una visión deficiente. Los bebés desarrollan su visión y no nacen con ella.

Por lo tanto, durante un período crítico desde nacimiento hasta alrededor de los 6-9 años, cualquier anomalía en el sistema visual puede resultar en una disminución permanente de la visión. Esto puede ocurrir en pacientes que no recibieron un tratamiento efectivo para un estrabismo, visión borrosa no corregida, párpados caídos (ptosis) o cataratas.

Estas condiciones pueden crear una especie de barrera para el desarrollo de la visión que impide el pleno funcionamiento de ese ojo.

¿En qué consiste su tratamiento y cuándo está indicado?

El tratamiento de la ambliopía gira en torno a fomentar que el cerebro utilice ese ojo más débil, mediante terapias de oclusión, las cuáles se realizarán durante semanas y posiblemente hasta meses, según la condición de cada niño.

Para restaurar la visión normal en cada caso, se coloca un parche en el ojo bueno o usando gotas para los ojos que debilitarían temporalmente ese ojo (sobre todo en visión cercana). También, se puede cubrir el mejor ojo con una lente de contacto oclusiva que actuaría como un parche.

Los estudios han demostrado que el parche de oclusión es un tratamiento exitoso para la ambliopía, siempre que se realice antes del final del período crítico, cuando el niño tiene entre 6 a 9 años de edad.

En algunos casos, la cirugía puede ser necesaria si el niño tiene cataratas congénitas.

Cataratas congénitas

Las cataratas congénitas son una opacidad del cristalino desarrollada en los primeros meses de vida o al nacer. Estas cataratas pueden ocurrir durante el embarazo si la madre sufrió algún tipo de infección. Puede resultar también de diabetes, trauma, inflamación, reacciones a medicamentos o en la mayoría de veces, no se encuentra una causa reconocible.

 

Esta condición es un problema urgente y debe tratarse de inmediato con cirugía para quitar el cristalino del ojo.

Su gran importancia de atención rápida es porque se trata de una catarata densa, que evita la entrada de luz y estímulos visuales en el ojo. La privación de estos estímulos visuales daría como resultado una falta del desarrollo normal de la visión, que es crucial a una edad temprana. En algunos casos, se puede insertar un cristalino artificial en sustitución del cristalino natural. Sin embargo, en la mayoría de casos se usa una lente de contacto para ayudar a restaurar la visión.

Las lentillas en niños operados de cataratas son una solución excelente hasta que se le pueda poner la lente intraocular, pero es importante ajustar bien tanto la lente como la graduación. El niño durante el crecimiento va a experimentar cambios en la forma y en las dioptrías y estos deben ajustarse periódicamente mantener una visión correcta.

Control de la miopía

La miopía no solo significa que un paciente necesita gafas o lentes de contacto para ver mejor. Los pacientes de miopía tienen un riesgo mucho mayor de enfermedades oculares como glaucoma, degeneración macular y desprendimientos de retina.

Se calcula que para 2050, el 50% de la población mundial será miope. Si se trata lo suficientemente temprano, existe la posibilidad de reducir la miopía de un niño. Las opciones de tratamiento incluyen lentillas blandas multifocales, lentillas nocturnas y gotas de atropina en dosis bajas.

Estas opciones de tratamiento tienen la capacidad de reducir drásticamente la cantidad de progresión de la miopía con el tiempo.

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