Nuestra visión está hoy en día más en peligro que nunca. El uso continuado de aparatos electrónicos, que van desde el televisor hasta el ordenador, el móvil o la tablet, provoca un desgaste temprano de la visión del individuo. Por una parte, se estima que la exposición prolongada a la luz que emiten todos estos aparatos ejerce un efecto negativo sobre el ojo, ya que se trata de una luz artificial a la que miramos fijamente durante muchas horas seguidas. Por otra parte, además, numerosos estudios han confirmado que cuando estamos muchas horas mirando las pantallas de nuestros dispositivos electrónicos tendemos a parpadear con menor frecuencia, lo que acaba derivando en una mayor sequedad en los ojos y problemas de irritación o escozor.
Muy relacionado con los problemas de visión ocasionados por los aparatos electrónicos encontramos la enfermedad conocida como “queratono”. El queratono (una palabra compuesta a partir de los conceptos griegos kerato, o córnea, y konos, o cono) es un problema visual de gravedad moderada: si bien no causa una ceguera total en el individuo, sí que supone un deterioro progresivo y paulatino de la córnea. Durante la enfermedad, la persona afectada sufre un adelgazamiento progresivo de la córnea de ambos ojos, que se deforma y pierde su forma esférica. El proceso, además, viene acompañado de la aparición de un bulto que se denomina ectasia, y que es el responsable de la pérdida de capacidad visual. Con todo, el individuo que padece queratono desarrolla importantes problemas de visión borrosa y astigmatismo.
Si bien todavía no se conocen a ciencia cierta las causas que provocan el queratono, se calcula que su aparición puede producirse en la pubertad o durante el embarazo de la mujer, así como que sus efectos se ralentizan o incluso detienen sobre los cuarenta y cinco años de edad. Entre los motivos más probables de aparición se encuentran, además de una exposición prolongada a las pantallas de los aparatos electrónicos, el aumento natural de la actividad de las enzimas de los ojos, la costumbre de frotarse muchos los ojos, el padecimiento de alergias, motivos de herencia familiar o el uso de lentillas de forma incorrecta.
El tratamiento de queratocono debe empezar por el uso de las lentes de contacto adecuadas, lo que hace alusión tanto al material y forma de las mismas como a su correcta graduación. También es importante mantener las lentillas siempre limpias y desinfectadas, así como comprobar regularmente que nuestros problemas visuales no han variado y que por lo tanto, su graduación continúa siendo la adecuada.