La hipermetropía infantil suele aparecer durante los primeros años de vida. En ocasiones, pese a los síntomas, es difícil detectarla, ya que la elasticidad del cristalino en el ojo permite acomodar los objetos y lograr enfocar con mayor claridad, pero esta elasticidad se pierde con el paso de los años.
Es muy probable que la hipermetropía se manifieste desde que el bebé nace, debido a que el ojo es muy pequeño y a medida que se desarrolla ésta desaparece. Pero para profundizar un poco más sobre esta condición hemos preparado este post con información sobre sus síntomas y causas.
¿Qué es la hipermetropía infantil?
La hipermetropía en niños se manifiesta como un defecto del globo ocular, es decir, dificultad para enfocar los objetos que se encuentran cerca, ocasionando visión borrosa. Esto ocurre porque la imagen se refleja detrás de la retina en lugar de reflejarse sobre ella. Para lograr una detección temprana de esta afección, es recomendable que los pequeños visiten al oftalmólogo en edades comprendidas entre los 3 y 8 años.
SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES DE LA HIPERMETROPÍA
La capacidad de enfocar del ojo en los niños es más eficaz que en los adultos, por eso si la hipermetropía es baja el pequeño podrá compensar este defecto y ver bien los objetos próximos. Sin embargo, cuando la hipermetropía es elevada o no desaparece por si sola los niños pueden experimentar estos síntomas:
- Dolor ocular, enrojecimiento y lagrimeo que ocasionan que el niño parpadee constantemente o que se frote los ojos con frecuencia.
- Estrabismo, donde uno de los ojos se desplaza hacia adentro desenfocando la mirada.
- Dolor de cabeza causado por el esfuerzo que hace el pequeño por enfocar los objetos próximos.
- Dificultad para leer, escribir y concentrarse en sus tareas diarias.
- Hipersensibilidad a la luz debido a la poca capacidad para enfocar la vista.
¿QUÉ CAUSA ESTA ENFERMEDAD OCULAR?
Esta afección ocular puede deberse a que el ojo hipermétrope es más pequeño de lo habitual, puede que el ojo tenga menos potencia visual de lo que debería y también se incluyen componentes hereditarios. Alrededor del 70% de los niños padecen de hipermetropía al nacer, pero si en la adolescencia aún no se ha corregido de forma espontánea, es posible que el pequeño sea hipermétrope el resto de su vida.
El tratamiento para corregir la hipermetropía es el uso de gafas, pero solo es necesario si es muy elevada o si presenta síntomas. El niño puede continuar con su rutina diaria habitual y puede usar lentes de contacto para hacer deporte si le resultan más cómodas.
Ahora que ya conoces un poco más sobre este defecto visual, sé precavido, lleva a tu pequeño a consulta y promueve una detención temprana de la hipermetropía infantil.