Evidentemente, una de las mayores preocupaciones de los padres es la salud de sus hijos. Por ello, suelen dar especial importancia a cualquier síntoma que puedan presentar. Sin duda, uno de los aspectos sobre los que hay que prestar atención es al de la visión infantil. Aquí vamos a explicarte cómo detectar este tipo de problemas en los más pequeños.
Uno de los mejores indicadores de que el niño sufre un problema de visión es la desviación de un ojo cuando trata de enfocar un objeto. Asimismo, si se queja de padecer visión doble en un momento determinado, es importante llevarlo a un oftalmólogo lo antes posible. Estos problemas también pueden manifestarse a través de una falta de interés por la lectura. Y es que, ante la dificultad que para ellos implica leer un texto, suelen cansarse rápidamente.
Del mismo modo, es frecuente que los niños con problemas de visión, mientras leen, sigan el texto con el dedo o muevan mucho la cabeza. También suelen presentar dificultades para recordar lo que han leído anteriormente. Por su parte, si al leer en voz alta, mezclan letras y sílabas, también es indicativo de que hay algún problema en sus ojos. Lo mismo sucede cuando el nivel de comprensión lectora es excesivamente bajo para la edad que posee.
Otra pista que puede indicar que existe un problema es la omisión de palabras y renglones al leer. Asimismo, es importante prestar atención a su cara mientras desarrolla esta actividad. Si frunce las cejas, parpadea excesivamente o hace muecas, probablemente es que le cuesta distinguir las palabras. Esto también se pone de manifiesto cuando necesita acercarse mucho el papel a la cara para continuar con la lectura.
Salirse de los márgenes al colorear y escribir torcido también son síntomas indicativos de problemas de visión infantil. Además, también es frecuente que estos niños, al pasarse un rato leyendo o escribiendo, experimenten dolores de cabeza, aturdimientos, náuseas, irritabilidad, nerviosismo y sensación de fatiga constante, así como exagerada sensibilidad a la luz, frotamiento frecuente de los ojos o parpadeo excesivo.
Los padres tampoco deben olvidar prestar atención a si mueve los labios o expresa en voz baja lo que está leyendo en un momento determinado. Lo mismo es aplicable cuando confunde letras de apariencia similar como puede ser la ‘n’ y la ‘m’, la ‘b’ y la ‘d’, etc. La mala coordinación entre ojos y manos también puede ser un buen indicador. Prestando atención a estos síntomas, es posible atajar el problema rápidamente.