Las lentes esclerales han existido durante muchos siglos, más que cualquier otro tipo de lentes de contacto. Fueron ideadas por Leonardo da Vinci en el siglo XVI, y las primeras se fabricaron en Europa a finales del siglo XIX. Estas primeras lentes esclerales que eran fabricadas con vidrio soplado fueron hechas en 1887. La indicación para estas lentes esclerales fue el tratamiento de enfermedades de la superficie ocular. En 1889, Fick describió por primera vez el uso de lentes esclerales para corregir defectos de visión. Ese mismo año, Eugene Kalt comentó el uso de de estas lentes de contacto en el tratamiento del queratocono. Y también en ese mismo año, Müller creó una lente escleral para sí mismo ya que sufría de una gran miopía.
No obstante, estos desarrollos iniciales tuvieron graves deficiencias ya que inducían edema de la córnea debido a la mala transmisibilidad del oxígeno en el vidrio, lo que dio lugar a la interrupción del uso de estos lentes debido a la hipoxia corneal. Además, como cada lente se hacía de manera totalmente artesanal era muy difícil hacer un duplicado en el caso de rotura o pérdida.
Sin embargo, ha habido grandes avances en las lentes esclerales modernas. La tecnología actual incluye materiales plásticos que son hiper-permeables al oxígeno, tornos muy precisos para su correcta fabricación y técnicas para su adaptación muy mejoradas. Muchos estudios científicos han establecido el éxito y beneficios de las lentes esclerales como son:
- protección de la superficie ocular en casos de problemas por su exposición.
- proporcionando una visión excepcional por medio de una inmejorable calidad óptica, mientras se beneficia de un excelente confort.
Las indicaciones para las lentes esclerales son inmensas. Incluyen la rehabilitación visual en casos de ectasias corneales primarias y secundarias tales como el queratocono y ectasias post-lasik, trasplantes corneales, córneas con anillos intracorneales, cicatrices corneales, y distrofias corneales o degeneraciones incluyendo la degeneración nodular de Salzmann. Las lentes esclerales se pueden utilizar en pacientes con ojo seco grave, enfermedad de Sjögren, síndrome de Stevens-Johnson, queratopatía, o condiciones inflamatorias crónicas como la insuficiencia límbica o penfigoide ocular cicatricial. Estos pacientes pueden ahora disfrutar de un uso sano de la lente junto con una excelente calidad de visión con una comodidad similar a las lentes blandas. La limpieza es otro valor añadido de estas lentes con respecto a las lentes blandas. Pero estas lentes presentan dos grandes y únicas ventajas:
- La córnea se encuentra bañada todo el día con solución salina, que permite una mejor regeneración de la superficie ocular sobre todo en los casos de ojo seco crónico. Esto es una ventaja única de las lentes esclerales, ya que los otros tipos de lentes de contacto (incluyendo las lentes permeables a los gases corneales o RGP y blandas), pueden comprometer la superficie ocular.
- Estas lentes no apoyan en la córnea, como hacen las lentes RGP corneales, por lo que evitan los casos de alteraciones en la superficie de la córnea (queratitis) por su apoyo y roces. Esta es una ventaja muy importante en los casos de queratocono y sobre todo cuando se les ha implantado anillos intracorneales.
A medida que la tecnología y los diseños de las lentes esclerales continúan evolucionando, también nos encontramos con nuevas aplicaciones de éstas. Así pacientes con ojos sanos y córneas normales también son ahora excelentes candidatos para las lentes esclerales, especialmente cuando sus necesidades visuales superan los parámetros típicos de las lentes blandas como pueden ser altas astigmatismos o graduaciones muy extremas.