Lentillas y agua, nunca juntas

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Como especialista en lentes de contacto no sólo me interesa mejorar mis  capacidades  para poder realizar adaptaciones cada vez más complejas con éxito, otro reto muy importante es conseguir que el uso de las lentillas sea más seguro y evitar las complicaciones en mis pacientes. Ciertamente la tecnología está de nuestro lado  como por ejemplo […]

Como especialista en lentes de contacto no sólo me interesa mejorar mis  capacidades  para poder realizar adaptaciones cada vez más complejas con éxito, otro reto muy importante es conseguir que el uso de las lentillas sea más seguro y evitar las complicaciones en mis pacientes. Ciertamente la tecnología está de nuestro lado  como por ejemplo el uso de la topografía corneal y OCT del segmento anterior pero tenemos que mantenernos siempre vigilantes y usar nuestro sentido común. Una de las complicaciones que son excepcionalmente raras pero pueden tener un gran impacto en la visión son las infecciones.

Un estudio recientemente  realizado por el Centro para el Control y  Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE.UU. y publicado en la revista Ophthalmology estudió los casos de queratitis por Acantameba ente los usuarios de lentillas gas permeable en EE.UU durante un periodo de tiempo de 6 años. Este tipo de infección es muy rara pero puede traer consigo gravísimas consecuencias y una pérdida muy importante en visión. Sobre todo teniendo en cuenta que muchas veces se tarda más de lo deseado en diagnosticarlas correctamente y no existen tratamientos adecuados para éstas en la actualidad.

Pues bien, 9 pacientes (29% de todas las infecciones) que la desarrollaron estaban usando lentes de Ortoqueratología,  y dormir con lentes se debe considerar  un riesgo (moderado) para esta rara complicación. Otros riesgos que resultaron muy significativos fueron;

  1. Guardar las lentes con agua del grifo,
  2. Rellenar todos los días las soluciones en vez de vaciar totalmente  el contenido del estuche y llenarlo nuevamente al meter las lentillas.

El agua del grifo es un factor muy importante  a considerar si queremos reducir los riesgos asociados a las lentes de contacto. En EE.UU. se calcula que un 12% de los hogares se abastecen de  agua de pozo. Desconozco el dato en España pero en mi experiencia es también un riesgo muy significativo. Hay que extremar los cuidados sobre todo en casas de vacaciones donde los pozos no se usan todo el año y el agua se queda mucho tiempo estancada sobre todo en verano. Otro riesgo  importante son ciertas zonas rurales donde se surten de depósitos donde el tratamiento y control de las aguas podría ser  el necesario para su consumo pero no para entrar en contacto con algo tan sensible como los ojos. Por esta razón es muy importante en todo tipo de lentes de contacto evitar el  usar  agua del grifo en todos los pasos de su mantenimiento. Es decir, el agua del grifo no debe nunca tocar las lentillas. El uso de solución salina o soluciones únicas  para aclarar las lentes es una alternativa muy razonable también señala este estudio. Otro consejo que nos evitará problemas es cambiar el estuche con frecuencia o al menos lavarlo con agua y jabón una vez por semana.

Otras recomendaciones  que hago en base a nuestra experiencia  son:

  1.   Usar soluciones a base de peróxido por su gran capacidad de eliminar múltiples bacterias
  2.   Acudir a revisión cuando toca (en lentillas no más de cada seis meses) para comprobar el estado de las lentillas y de los ojos y solucionar de forma preventiva todo aquello que no vaya bien.

El uso de las lentes de contacto tiene muchas ventajas con respecto al uso de gafas pero necesitamos seguir unas correctas normas de cuidado para evitar tener problemas.