Hace tiempo se creía que el ojo era una zona tan delicada que era imposible una intervención quirúrgica. En oftalmología, los bisturíes y las cuchillas cada día se utilizan menos. Y, es que, los tejidos y órganos tan delicados como son los de los ojos hay que tratarlos con exactitud y máxima atención. Para las cirugías oftalmológicos, en la actualidad, se utiliza el láser excimer. Este instrumento quirurgico, para recuperar la visión de una manera rápida y segura, efectúa cortes minuciosos y precisos, sin que los tejidos u órganos sangren.
Tanto las personas miopes como los hipermétropes pueden beneficiarse del procedimiento del laser excimer. A los miopes se les aplana la córnea demasiado empinada y a los hipermétropes se les coloca la córnea en una posición más inclinada. El láser Excimer también se utiliza para corregir el astigmatismo. Lo hace suavizado la córnea irregular para darle una forma más uniforme.
Se requieren no obstante, ciertos requisitos que hay que reunir para someterse a esta intervención. Estos son: tener 21 años o más y recibir un tratamiento médico en el que el profesional sea quien haya recomendado esta intervención quirúrgica. Además, si la persona que va a someterse a la operación utiliza lentes de contacto debe dejar de hacerlo unos 7 días antes.
Funcionamiento del láser excimer
Ell áser Excímer genera una luz ultravioleta que separa las moléculas del tejido que forma la córnea para moldearla y modificar su graduación, sin que esta intervención afecte a los tejidos que rodean a la cornea. Se puede aplicar con dos tipos de técnicas: el Lasik y la cirugía PRK. La primera se realiza actuando por debajo de la capa, o flap, corneal. Esta se levanta y se repliega y el láser extrae el tejido de la cornea, remodelándolo y corrigiendo las deficiencias. La cirugía PRK consiste en retirar manualmente el epitelio corneal y utilizar el láser Excímer sobre el tejido corneal para remodelar su forma y cambiar su curvatura.
Aplicando esta técnica se acelera el proceso de cicatrización y se consigue una óptima calidad visual. Los pacientes apenas sufren las molestias del postoperatorio y en un tiempo muy breve, en un día normalmente, recuperan la visión y ya no necesitan usar gafas o lentes de contacto. Es una intervención de carácter ambulatorio, es decir, no necesita de anestesia general previa o post operatorio.